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Telón de fondo

En el Barrio Chino, la investigadora Lissette Campos recorre el Jr. Andahuaylas. Allí se ubicaba el teatro Odeón.

La investigación sobre el teatro tradicional chino en el Perú de la bibliotecóloga Lissette Campos –trabajo hoy transformado en biblioteca digital– reúne fuentes y datos que permiten rearmar la historia de esta importante manifestación cultural en tierras peruanas.  

Entrevista: Diana Quiroz

Mientras buscaba un tema que le permita obtener la licenciatura de la carrera de Bibliotecología en San Marcos, Lissette Campos recordó una antigua imagen de la ópera china. Aquella instantánea televisiva vista durante su niñez la hizo buscar datos sobre esta parte de la historia y su aplicación en la carrera que cursaba en 2014. “Entendí que si en Perú había ocurrido una importante migración china también tendrían que haber llegado con ellos esta y otras manifestaciones culturales. Entonces empecé a investigar”, cuenta. Fue un trabajo del profesor Humberto Rodríguez Pastor el que le dio el empujón que necesitaba y finalmente su proyecto se centró en el teatro tradicional chino. Lo primero que hizo fue recopilar fuentes gracias a la ayuda del historiador Gonzalo Parodi. Los siguientes años Campos se dedicó en cuerpo y alma a investigar sobre esta particular expresión en teatros como el Santa Clara, La Huaquilla, Odeón y Delicias. El resultado, basado en indagaciones previas que le marcaron la ruta a seguir, arrojó varias luces. Pero su mayor aporte –como ella misma señala– es haber realizado una periodificación del teatro chino en tres etapas: se inicia en la segunda mitad del siglo XIX cuando se forman asociaciones de empresarios que traían espectáculos, contrataban compañías y alquilaban locales; luego, a inicios de la década del 20, llega el periodo en el que un solo empresario dirigía la propuesta teatral: hasta el momento solo se han hallado registros del ciudadano Federico Tong, y, por último, en los años 40 son los propios migrantes quienes se organizan para escenificar las obras. 

 

 

Entre 1868 y 1872, el escocés John Thomson fue el primer occidental en captar imágenes de China, entre ellas varias relacionadas al teatro. El vestuario de los actores revela el carácter tradicional de las obras, tal como sucedió con los montajes que llegaron al Perú en el siglo XIX y XX.

 

 

Aunque la bibliotecóloga sigue investigando, uno de los frutos que ya ha dado su labor es la biblioteca digital Rastros Teatrales (www.teatrochinoperu. com), una plataforma financiada por la Asociación Cultural Tusanaje. La página entra en funcionamiento en el 2018 y reúne muchas de las fuentes que han ayudado a armar el rompecabezas que significa el teatro tradicional chino en el Perú, como parte de la identidad y cultura milenaria que conservaban los migrantes del país asiático. Es importante resaltar que este espectáculo escénico fue apreciado, como señalan periódicos y revistas de la época, por intelectuales, artistas y diversas personalidades como Abraham Valdelomar, la bailarina de danza contemporánea Tórtola Valencia y el torero Juan Belmonte. ¿Se han conservado nombres originales o cómo llamaban los migrantes chinos a los locales que albergaron sus obras? No, ni los caracteres ni la forma de pronunciación, pero a través de las crónicas se puede saber que se referían a ellos de acuerdo a sus ubicaciones o calles. El teatro del rastro de Santa Clara es el primero del que se tiene noticia y se encontraba cerca del monasterio de Santa Clara, en Barrios Altos. Hay otro que se llamaba del rastro de La Huaquilla, cercano a la Maternidad de Lima. Ambos se hallaban muy cerca de “rastros” o mataderos de animales, por eso el nombre. Estos eran colindantes, quizás hayan coexistido por algunos años, pero eso no queda muy claro. 

 

¿Qué se sabe sobre los títulos y argumentos de las obras? 

 

Algunas fuentes hacen referencias a las sinopsis. Se dividían en dos argumentos principales: de carácter épico, que representaba luchas entre dos reinos o clanes, y otros románticos. Los títulos exactos no se han conservado, pero tenemos algunas pronunciaciones que han llegado hasta nuestros tiempos, aunque no sabemos exactamente qué significan en español. Hay una obra que está en un expediente de 1921 y se llama “Una niña en la montaña”. Se sabe que es una obra del teatro Delicias, ubicado en el mismo lugar en el que estuvo el del rastro de La Huaquilla. La fuente es un documento que el empresario Federico Tong cursó a la Municipalidad de Lima quejándose de que la policía había intervenido su local porque pensó que allí se llevaban a cabo juegos de azar. Gracias a esa denuncia, redactada en español, es que conocemos algo más de esa pieza teatral.  

 

¿Cuál es la obra más antigua de la que se tiene noticias?

 

 Hay una sin nombre que es de 1870, no se sabe en qué teatro ni se menciona la traducción, pero sí ha quedado la pronunciación: “Caniggsinjen Chiuaá”. Ese mismo año aparece otra de pronunciación Sanchifui traducida como “Las dos comadres”, de la cual tampoco se tiene el argumento. Es una información suelta, solo con título.

 

Arriba, ilustración del interior del Teatro Delicias en los años 20. Derecha, plano de los teatros chinos según P.V. Jouanny (1880).

 

 

Me comentabas que uno de los últimos registros hallados fue en 1935. 

 

En realidad, el último registro que se tiene es el de un local del Parque de la Exposición, hoy conocido como La Cabaña. Sucedió en 1948. El de 1935 es uno registrado en la revista Oriental realizado en el Teatro Lima, cerca de Barrios Altos. El primero que mencioné lo encontré como parte de mi investigación y ampliación de fuentes. Por entonces, ya no son compañías que se traen de China a Estados Unidos y de Estados Unidos a Perú, sino que son miembros de la colonia china que se organizan para hacer teatro. Hay una suerte de formación en el arte, pero que ahora se da entre los migrantes y sus descendientes. 

 

A fines del siglo XIX el teatro chino sorprendió a la sociedad limeña. Aquí tres actores en imágenes del archivo Courret.

 

¿Era Lima la única ciudad donde se daban estos espectáculos? 

 

Fuera de Lima es donde menos se ha investigado. Pero eso no quiere decir que en otros lugares del Perú, donde ha habido colonias chinas, el teatro haya estado ausente. Por ejemplo, en Barranca una noticia nos dice que un barco llegó con actores chinos al puerto de Supe. Eso fue en 1893 más o menos. Otro lugar son las Islas de Chincha, hacia 1856, al inicio de la llegada del teatro tradicional chino. Es algo aislado, pero lo que se dice es que se arma un teatro para los trabajadores de esas islas en sus días festivos. En Lambayeque otra fuente cita que, en el año 1886, en el Teatro Municipal de la ciudad había una compañía china que llegó desde Asia.

 

¿Por qué fueron desapareciendo los teatros que albergaban espectáculos chinos?

 

 Lo que se puede ver es que hay un momento en que el precio de las licencias municipales era muy alto, eso puede haber jugado en contra del teatro de Santa Clara y Odeón. El teatro del rastro de La Huaquilla, por su parte, fue afectado por un incendio en 1912 y por ello dejaron de pasar funciones. En 1916 se reinaugura y los diarios de la época dicen que funcionaba con la carpa de un circo y las bancas del teatro Politeama, un ambiente improvisado, pero muy concurrido por la colonia china. Más o menos en 1917 se cierra porque sus condiciones eran muy frágiles. En 1920 Federico Tong construye el teatro Delicias y aunque continuaban las representaciones teatrales chinas también había funciones de cine. El teatro va siendo desplazado. De esta sala se sabe que estuvo activa hasta finales de la década del 20.

 

 ¿El cambio cultural influyó en su desaparición? 

 

Es que el consumo cultural de la descendencia de los chinos adquirió nuevas formas de entretenimiento, y una de ellas fue el cinematógrafo. Hubo algunos que solo pasaban obras de teatro occidentales y luego películas. El teatro empieza a occidentalizarse para proyectar una imagen de modernidad y posicionamiento en la sociedad frente a otros grupos de poder. Esta es una de las hipótesis que plantea Odalis Valladares. 

 

¿Qué otras hipótesis se manejan al respecto?

 

 La suspensión de la inmigración. A inicios de la década del 30, el entonces presidente Luis Sánchez Cerro prohíbe el ingreso de la inmigración masiva, eso dificultaba la llegada de compañías que superaban los 80 actores en promedio. Otra hipótesis es el impacto de la gran depresión, según los investigadores Wing Chung y Josh Stenberg. Sucede que el teatro chino es parte de un proceso transnacional. Su aparición se da entre continentes porque hay colonias chinas en Estados Unidos, Cuba, México, Hawái, por nombrar algunas. Es el circuito cultural de una compañía que sale de una ciudad y se va presentando en otras. Lima era uno de los puntos de esa gran red. ¿Cómo lo sabemos? Por las noticias. A su llegada a Lima se decía que los artistas venían de San Francisco, de California, en algunos casos de China directamente. Un caso particular lo refiere una fuente de 1925 que sostiene que un grupo de empresarios estadounidenses al ver una embarcación con actores chinos que se dirige a Perú los convence de presentarse primero en su país. Esto aporta un mayor sentido a esta historia.

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