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Melodías de Oportunidad

Educanto cumple trece años cambiando el panorama musical de la educación pública en Paramonga.

Niños de escuelas estatales y de sectores rurales de Paramonga reciben educación musical y coral gracias a la labor del Patronato de la Música y a la colaboración entusiasta de la Empresa Agroindustrial Paramonga que opera en la zona. 

Paramonga y Pativilca, distritos ambos de la provincia limeña de Barranca, tienen en común la riqueza de sus tierras que se dedican principalmente al cultivo de caña de azúcar, pero también comparten otra característica: hoy sus niños reciben educación musical en la escuela y forman parte de un coro que, en ocasiones, ha llegado a tener hasta 300 integrantes. Esto es posible gracias a Educanto, un programa del Patronato Peruano de la Música (PPM), y al auspicio y participación entusiasta de la empresa Agro Industrial Paramonga (AIPSAA). Hace trece años, el presidente del PPM, Ingeniero Erasmo Wong Lu, impulsó esta iniciativa, pues vio la necesidad de desarrollar proyectos musicales educativos sostenibles, que trasciendan a través del tiempo e impacten en forma duradera a las comunidades de las zonas intervenidas. Se tomó como base el convenio que AIPSAA llevaba adelante con el programa Escuelas Exitosas de IPAE, donde se daba capacitación a profesores y padres de los 29 colegios de Paramonga. La singularidad del proyecto consiste en que uno de sus objetivos principales es convocar a músicos del sector para capacitarlos como profesores de tal manera que ellos se conviertan luego en instructores de los profesores de música de los colegios, en dirección coral. Cada 15 días la supervisión y desarrollo de la metodología de esta tarea está confiada desde su origen a los maestros Javier Súnico y Mónica Canales, directores del Coro Nacional y Coro Nacional de Niños del Perú, respectivamente. Esta idea visionaria se ha plasmado con esfuerzo y paciencia y ha logrado frutos realmente extraordinarios. Los inicios, como sucede con todo proyecto de responsabilidad social innovadora, no fueron fáciles pues hubo que ganarse la confianza de la empresa para lograr que comprendiera que el gasto en el proyecto implicaba en realidad una inversión con beneficios a corto, mediano y largo plazo para la comunidad de la zona, así como para la misma compañía. 

Se trabajó, por otro lado, con las autoridades de los colegios del sector, pues Educanto implica el compromiso de toda la colectividad, que incluye a directores, profesores y padres de familia de cada centro educativo. Y es que se trata de niños de entre 8 y 12 años (los rangos no son estrictos) que estudian en instituciones estatales de zonas urbano-marginales y rurales. A estos últimos la empresa los recoge para que puedan asistir a los ensayos del coro: algunas veces las instructoras deben convencer a los papás para que les permitan ir porque ellos prefieren que se queden ayudándolos en las faenas del campo. ¿Por qué es importante dar educación musical a esas edades? “Aprender música implica muchas cosas: socialización, disciplina, colaboración, tolerancia. Todo lo que supone el trabajo en grupo. Eleva el nivel de aprendizaje y potencia las facultades intelectuales, entre ellas la capacidad de abstracción”, dice Lydia Hung Wong, directora ejecutiva del Patronato. “Es algo invalorable porque te forma como ser humano. Esa es nuestra meta”, sostiene. 

Notas de Progreso 

El Patronato Peruano de la Música se formó en el año 2004 con la idea de estimular el aprendizaje y la práctica de la música como medio para el progreso consistente de nuestra sociedad. 

Lo conforman personalidades de la cultura y de los negocios, en la certeza de que el apoyo económico del sector privado puede llenar los vacíos que deja el sistema educativo estatal. “El Ingeniero Erasmo Wong propuso hacer algo sostenible en el tiempo: así surgió Educanto en el 2010. Se aprovechó el ofrecimiento de contar con la red de escuelas con la que trabajaba en ese momento AIPSAA, a través del convenio con IPAE y que incluía los contactos para la convocatoria, y lograr el apoyo de las familias y de las autoridades locales”, continúa Lydia Hung. Había que elaborar una metodología de trabajo porque esta era una experiencia inédita que se trabajó con los maestros Súnico y Canales, quienes tienen hasta hoy la supervisión del programa y el monitoreo de los profesores convocados y en constante capacitación, a los cuales se les ha asignado la responsabilidad de la dirección de los coros. Ellos son Teresa Perales y Ruby Giraldo. “Ya tenemos niños que han terminado el colegio y están optando por estudios musicales”, añade la maestra Hung. Algunos se han incorporado al Coro Nacional de Niños, de donde probablemente pasen a la Universidad Nacional de Música. El coro se ha presentado en Pativilca nada menos que con la Orquesta Sinfónica Nacional, en Lima en el Teatro Peruano Japonés (invitados por la asociación Nueva Acrópolis), en el Encuentro Coral Infantil del Patronato y como parte del Festival de Coros Infantiles en el Gran Teatro Nacional. “Estas presentaciones son experiencias inolvidables para ellos”, comenta Lydia Hung. “Significan además un gran despliegue logístico y financiero porque algunos vienen acompañados por sus padres, y a los que viajan solos hay que tramitarles los permisos correspondientes. El proceso de la formación vocal y del canto grupal implica un trabajo sistemático que requiere tiempo, esfuerzo y conocimiento de la materia, pero que vale la pena: los frutos los veo en las presentaciones de los niños. Realmente cantan muy bien, logran conmover a todo el público”, dice con orgullo. Todo esto no sería posible sin la participación conjunta no solo de los pequeños coreutas, sino también de los padres y maestros. Hay que añadir a ello a las autoridades, que brindan apoyo para los ensayos y las presentaciones, y por supuesto, a la empresa Agro Industrial Paramonga, que apoya económicamente esta iniciativa. Ahora el coro infantil se encuentra celebrando su aniversario número 13, “un número emblemático”, dice la maestra Hung. ¡A seguir entonando las voces, siempre con alegría!

 

Honor al mérito

La maestra Lydia Hung, de amplia y destacada trayectoria en la actividad musical en el Perú, ha sido recientemente nombrada Personalidad Meritoria de la Cultura, un reconocimiento que destaca entre otros logros su gestión al frente de la Universidad Nacional de Música. El domingo 19 de noviembre la ministra de Cultura, Leslie Urteaga, le hizo entrega de la distinción en el Gran Teatro Nacional, con el marco de la presentación del Coro Nacional de Niños. La sorpresa fue que tres de los alumnos de Educanto estaban allí, ya como parte de la agrupación nacional. La ministra Urteaga hizo un resumen de los méritos de Lydia Hung como ejecutante, maestra, académica universitaria, gestora y promotora cultural tanto desde el Estado como en la actividad privada. Entre el público estaban sus familiares, alumnos, colegas y las dos profesoras a cargo del programa Educanto en Paramonga. Una noche redonda.

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