Roger Kayin Chuy, médico chino que pasó muchos años en el Perú y hoy reside en los Estados Unidos, se especializa en acupuntura y es un firme creyente de que la medicina china y la occidental, juntas, pueden lograr los mejores resultados.
Escribe Giuliana Lévano*
La acupuntura, que es parte integral de la medicina china, puede tratar al mismo tiempo los síntomas de la enfermedad y sus causas. Los puntos de acupuntura están conectados directa o indirectamente a nuestros órganos internos. Al identificar estos puntos y aplicar las técnicas correctamente, podemos abordar el problema en ambos sentidos”. Quien dice esto es un experto en el tema. El doctor Roger Kayin Chuy tiene un máster en Medicina Oriental y es un acupunturista licenciado por el estado de California, donde reside. “Yo sabía que conseguir la licencia estatal para la práctica de la acupuntura era solo el comienzo, y que el mundo de la medicina china es muy amplio y profundo, así que inmediatamente volé a Beijing para tomar todos los cursos avanzados que me fuera posible antes de abrir mi primera clínica”, nos cuenta. Años después, en plena pandemia, volvió a las aulas para obtener un doctorado en Acupuntura y Medicina China en San Diego, California. Lo interesante es que su formación profesional abarca tanto la medicina china como la occidental, lo que le permite utilizar lo mejor de ambos sistemas para la especialidad que ha elegido en su práctica médica, que es el manejo del dolor y la rehabilitación para aquellos pacientes que experimentan dificultades para mover una parte de su cuerpo, lo que vuelve penosas sus actividades diarias. “No importa cuál sistema utilicemos: el objetivo es ayudar a nuestros pacientes de la manera más efectiva. En la universidad lo llamamos ‘Enfoque centrado en el paciente’. Yo creo que la integración de ambos es la respuesta definitiva para una mejor atención médica, y será el modelo de cuidado de la salud en el futuro”, añade.
De corazón peruano
El doctor Chuy está familiarmente muy vinculado al Perú, una relación de raíces profundas que comenzó hace seis décadas. Él nació en China y a los 11 años vino a Lima con su madre para reunirse con su padre y abuelo, quienes habían migrado años antes. Aquí conoció los principios del kung fu y de la medicina china, así como disciplinas vinculadas como el qigong y la acupuntura.
Estudió en los colegios Diez de Octubre y Juan XXIII y aún hoy se mantiene en contacto con sus compañeros de estudios en Lima. Su hermano Ángel trabaja aquí y es un conocido hipnoterapeuta. Pero, además, se ha vinculado con la comunidad peruano china a través de las charlas y cursos que dicta periódicamente en el Centro de la Amistad Peruano China y en la Asociación Peruana de Qigong para la Salud.
FOTO: JOSÉ VILCA
El médico acupunturista ha dedicado su vida a la enseñanza y práctica de la medicina china. Actualmente ejerce en su clínica en El Monte, California.
El saludable qigong
¿La medicina china es útil para tratar cualquier enfermedad, aun las crónicas?, le preguntamos. “Sí, la medicina china puede ayudar al cuerpo humano a recobrar su funcionalidad y su habilidad para combatir diversos males, así como tratar la enfermedad en sí”, nos responde. “Este es el concepto básico de salud en la medicina china: 天 地 人 (Cielo-Tierra-Hombre). Siempre que estos tres elementos estén alineados y en buen orden, el cuerpo funcionará como está previsto”, afirma. Cuando la enfermedad se vuelve crónica, dice, es una indicación de que el cuerpo está débil y no puede combatirla. Así, los principios de tratamiento en la medicina china son: si la dolencia es aguda, hay que tratar los síntomas, como el dolor; pero cuando es crónica, debemos rastrear la fuente que crea el problema, ya sea en los órganos, en las desarmonías energéticas o en los desequilibrios del yin y el yang en alguna parte del cuerpo. La práctica del qigong –dice el doctor Chuy– es una de las mejores formas de lograr una buena salud y prevenir enfermedades. “Como sabemos, la mayoría de los problemas de salud son causados por deficiencias de circulación y oxigenación”, sostiene. “Mediante el uso de técnicas de respiración especiales (respiración abdominal), quien practica qigong puede mejorar la circulación sanguínea en todo el cuerpo, proporcionando abundante suministro de oxígeno a órganos, músculos, tendones y nervios, ayudándolos a trabajar de manera más eficiente”, añade. Además de la respiración profunda, hay otros dos principios que enarbola el qigong: la postura corporal y el control mental. Al dominar estos tres aspectos se puede disfrutar de una mejor salud y reducir las posibilidades de enfermarse física, mental y espiritualmente. Esta disciplina milenaria es estudiada científicamente desde hace 45 años, siendo tema de más de 500 ensayos clínicos y 120 revisiones sistemáticas sobre los beneficios para la salud del tai chi chuan, que es una forma de qigong en movimiento. El consenso científico señala que el qigong es beneficioso para la prevención de caídas, debilidad de miembros inferiores, osteoartritis, enfermedad pulmonar obstructiva, enfermedad de Parkinson, depresión, insomnio, demencia, rehabilitación cardíaca y de accidentes cerebrovasculares. Además, mejora la calidad de vida y la sensación de bienestar en pacientes que padecen cáncer, fibromialgia, hipertensión arterial y osteoporosis. “Por todo esto, la comunidad científica estimula a los médicos a recomendar esta excelente disciplina a sus pacientes”, concluye este médico chino de corazón peruano. Esperamos ansiosos su próxima visita a Lima.
Debido a sus estrechos vínculos con Lima, es un visitante frecuente. Durante su estadía dicta cursos en el Centro de la Amistad Peruano China y en la Asociación Peruana de Qigong para la Salud.
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