Alterna distintos emprendimientos y el estudio de ingeniería industrial y comercial con la esgrima, deporte con el que nos representará en los Juegos Panamericanos.
Se interesó en los duelos deportivos con sable, el que empuña desde los ocho años, tras ver uno en la comedia romántica Juego de Gemelas. Pero fue gracias al programa estatal “Esgrima para todos” que la fantasía surgida del ecran adquirió visos de realidad. Un día se topó con un entrenamiento en el patio del colegio Santísima Niña María “y le rogué a mi mamá que me llevara a entrenar”. Luego su profesor Miguel Portales la puso en el carril de la práctica competitiva. “Me volví buena, empezamos a ganar y logramos obtener la copa del torneo interescolar”, dice. A los 14 participó en su primera competencia internacional en Argentina. Explica que “ser parte del equipo nacional exige renunciar a diversas actividades sociales. Comprendí que estos sacrificios se enmarcan en una meta de largo plazo”.
Señala que el suyo ha sido un entrenamiento de seis días a la semana durante la última década. En 2021 fue la primera mujer en ganar una medalla sudamericana en sable femenino mayores, “así que quiero ir más arriba”. Además de los duelos también la motivan los proyectos de innovación. Es tataranieta de Chiang Seng Tac (inscrito en Perú como Víctor Chang Say), originario de Zhongsan, Guangzhou, quien llegó en 1911, con poco más de 20 años, y se estableció en Huacho y Huaral; y nieta de Victoria Chang-Say Yo, la mayor de los ocho hijos de este. Es también nieta de Lu Hong Sou, ingeniero civil que arribó en 1935 procedente del pueblo de Shan, en Zhongshan, y casó con Victoria. De ambos reconoce en sí misma el espíritu emprendedor y la resiliencia que “marcaron la vida de mis abuelos”.
