Eduardo Wong

En línea con la tradición familiar, entrega su experiencia y conocimientos para desarrollar la cadena de supermercados Holi.

A iniciativa de su papá, desde niño trabajó durante los veranos en E. Wong, antes de la transferencia de la corporación a capitales chilenos. Pasó por todas las áreas, desde abarrotes y lácteos hasta pollos y embutidos. La única sección que no pisó fue la de carnes, “porque mi papá tenía el temor de que me corte o algo así en la sala de preparados”. A partir de esa precoz experiencia empezó a gestarse su interés y vocación por el mundo empresarial. Más adelante estudió Economía en la Universidad de Lima, obtuvo el black belt de Six Sigma (una metodología de mejora de procesos que ayuda a las organizaciones a perfeccionarlos), e hizo un MBA en el IE Business School en Madrid. Siendo ya profesional fue proveedor de E. Wong y luego, hasta antes de partir a España, trabajó en ingeniería de procesos en la empresa. “Fue una súper experiencia”, afirma, pues le ayudó a conocer varias áreas y los procesos. Fue parte de un equipo de 12 personas que diseñó mejoras y generó ahorros importantes a la empresa. Holi, supermercado que en febrero pasado abrió su primer local en Lima y apunta a sumar 20 este año, demanda hoy su atención. “Siempre mantuve esa inquietud de incursionar de nuevo en el retail y, cuando me lo propusieron, no lo dudé. Es un negocio muy noble y apasionante”, explica. Lo novedoso es la reducción del espacio de venta, sin descuidar la variedad de la oferta y el buen servicio, manteniendo precios competitivos y uso de tecnología. 

 

Su trayectoria en el ámbito empresarial no es poca: ha desarrollado diversos negocios, desde la venta de camote a granel hasta la de artículos de car audio y accesorios, pasando por la importación de productos y la prestación de servicios de hospedaje. También ha sido promotor de conciertos internacionales. Su empuje no resulta extraño siendo nieto de Erasmo Wong. No todos sus recuerdos de su akun están ligados, sin embargo, a los vericuetos de los negocios. “Fue una persona que demostraba cariño enseñando con consejos para el futuro y para ser una mejor persona”, rememora. El patriarca de la familia, a quien visitaba los domingos y encontraba jugando Mahjong con sus amigos, lo llevaba al estadio a ver jugar a la U y también a cortarse el pelo donde su amigo el barbero. Su autoridad en la familia se manifestaba en ocasiones como cuando “me pescó con mi primo fumando en el baño de un chifa en un almuerzo familiar. Mi primo y yo ya éramos mayores de edad –recuerda riendo–, pero a él nunca le pareció bien que uno fumase”. Su filiación china incluye asimismo a su abuelo materno, Fausto. Ambos llegaron procedentes del pueblo de Chunsan, Cantón, en el mismo barco y ahí se conocieron. Uno se dedicó al comercio y el otro se estableció en Capón, donde fue profesor de artes marciales y era conocido como el Sifu Wong.

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