Escribe Sergio Carrasco
Si bien el diseño de grafías destinado a iluminar y embellecer las letras con las que cada lengua se expresa de manera escrita es común a todas ellas, son contados los casos –todos ellos referidos a aquellas lenguas basadas en ideogramas– en los que la escritura ha adquirido vuelo propio y categoría de expresión artística independiente.
Es lo que ocurre con la cali grafía china (shūfǎ; 書法), cuyos caracteres se encuentran agru pados en seis categorías (Liu Shu, 六书; o los “Seis métodos de es critura”) y pueden ser trazados según cinco estilos ligados intrín secamente a la evolución de la escritura china, cuya invención se atribuye al mítico Tsang Chieh o Cang Jie, escriba del legendario Emperador Amarillo, y la japonesa (shodō), que comprende tanto los caracteres japoneses hiragana y katakana como los caracteres kanji derivados de la escritura china.
Las categorías antes mencio nadas son: Hsiang hsing o xiàng xíng (象形), que no es otra cosa que pictogramas o la representación gráfica directa de lo que se dice; Chih o shih zhishi (指事), re presentación simbólica de ideas abstractas; Hui yi o huiyi (会意), ideogramas compuestos o combinación de elementos gráficos concretos y de expresión simbólica de abstracciones; Hsing sheng o xingsheng (形声), combinación de elementos fonéticos y semánticos, que es el caso del 75% de los caracteres chinos; Chia chieh o jiajie (假借), carácter utilizado exclusivamente en razón de su valor fonético para representar un homófono o casi homófono con el que en realidad no guarda relación, sino que es referencial, y, Chuan chu o zhuanzhu (轉注), carácter resignificado, lo que ha implicado modificar o distorsionar la grafía original para crear una nueva.
Con los “cuatro tesoros del estudio, esto es, pincel, tinta en barra, papel y piedra de entintar, los calígrafos chinos han desarrollado diversos estilos de escritura”
Itinerario de la caligrafía, una de las bellas artes chinas.
Pincel de pelo de tejón de la dinastía Ming. El pelo sintético no se utiliza tradicionalmente.
Mediante el uso de los “cuatro tesoros del estudio” (wen fang szu pao o wen fang sibao, 文房四宝), esto es, pincel, tinta en barra, papel y piedra de entintar, a punta de trazos sueltos, desde la noche de los tiempos del Imperio Celeste los calígrafos chinos han desarrollado diversos estilos de escritura que enmarcan el uso de los carac teres antes descritos.
En términos generales, esta diversidad se agrupa en cinco estilos: Chuan Shu, escritura de sellos; Li Shu, escritura administrativa; K’ai Shu, escritura normalizada; Hsing Shu, escritura rápida, y Ts’ao Shu, cuyo significado literal es “escritura de hierba”, pero en realidad equivale a escritura cursiva.
Más allá de su utilidad práctica en la cotidianeidad, la caligrafía tiene a la par de la pintura asiento pleno en la historia del arte chi no, como refleja el hecho de que, a lo largo del tiempo, desde emperadores hasta campesinos son, dentro de sus respectivas posibilidades, coleccionistas de obras de caligrafía que no se reducen a pergaminos o piezas enmarcadas adornando un recinto doméstico o laboral. También se encuentran en carteles de tiendas, oficinas de Gobierno, monumentos e inscripciones sobre piedra. Unas y otras, de valor artístico.
Esto explica que tanto hoy como ayer los calígrafos son por lo general al mismo tiempo hombres de letras y artistas, y sus obras pueden ser versiones de poemas, letras de canciones, pareados y cartas tanto de grandes maestros como propias.
Cang Jie y el Emperador Amarillo
Los orígenes de los caracteres y de la nación china.
Funcionario del mítico Shi Huangdi, también llamado Emperador Amarillo, que según la tradición reinó de 2698 a 2598 a. C., período al cual se atribuye una serie de logros civilizatorios y unificadores de la nación china, Cang Jie es considerado el inventor de la escritura.
Lo que se dice de la partida del emperador de este mundo es tan sorprendente como los prodigios que se le atribuyen: a bordo de un buque de gran tamaño construido por él mismo, acompañado de más de 70 funcionarios, en el que se elevó por los aires con la ayuda de un dragón dorado surgido de una hendidura en el cielo, donde se instaló logrando ahí la inmortalidad y la perfección espiritual.
A la par, Cang Jie no es menos extraordinario (aunque no haya sido sino un funcionario). Se afirma que poseía cuatro o más ojos y se le atribuye la invención de los caracteres chinos. Algo que, más allá de su valiosa contribución, fue resultado de largo tiempo y múltiples contribuyentes, sin duda. En su honor, la ONU designó el 20 de abril de 2010, Día de la Lengua China.
Tsang Chieh o Cang Jie, mítico escriba del legendario Emperador Amarillo, Shi Huangdi (arriba), considerado probable inventor de la escritura china. Se dice que tenía cuatro ojos por su capacidad de profundizar en el descubrimiento de la verdad.
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