Perú y China: Un puente de amistad

Escribe Richard Chuhue (Historiador)

 

El aporte de la comunidad china a la nación peruana tiene una historia fecunda que comenzó hace 175 años.

 

La conmemoración por los 175 años de la llegada de la embarcación “Federico Guillermo” al Callao con los primeros 75 colonos chinos el 15 de octubre de 1849 nos da pie a resaltar cómo es que durante este lapso de tiempo dicha presencia ha reconfigurado y enriquecido la idiosincrasia peruana y cómo lo chino es hoy indudablemente un aporte positivo dentro del espectro de la peruanidad. Si bien es cierto desde épocas del virreinato ya se contaba en las calles de Lima con algunos inmigrantes provenientes de China, estos eran personajes cuya llegada fue muy circunstancial y esporádica, pues procedían de la colonia española de Filipinas, y fueron conocidos como “sangleyes” (término derivado del vocablo sanglay o “aquellos que vienen a comerciar”). Sin embargo, en Lima su labor fue la de pequeños artesanos que se fueron agrupando alrededor de la Plaza Mayor. Recientes investigaciones han evidenciado también que ya desde el siglo XVIII existió en la capital una “cocinería” (restaurant) a cargo de Manuel Manzanares, nacido “en la ciudad de Macao, uno de los cantones del reyno de la China”. La migración que se dio a partir de 1849 sirvió para salvar la economía peruana en un contexto en el cual se necesitaban brazos para poder hacer producir las haciendas azucareras del norte peruano. En un clima internacional propicio, las autoridades peruanas aprovecharon el ejemplo de Cuba para impulsar la llegada de aproximadamente 90,000 personas en los siguientes 25 años. Ellos demostraron, con su laboriosidad, ser elementos provechosos para el desarrollo nacional y formaron familias con la población local, consumándose el mestizaje del cual descienden aproximadamente 3 millones de personas hoy en nuestro país. 

El aporte de los chinos destacó en la construcción de las vías férreas del ferrocarril andino, en la introducción de técnicas agropecuarias para el cultivo del arroz (elemento indispensable hoy en la cocina nacional) o en el establecimiento de pequeños negocios que poco a poco fueron prosperando y que constituyeron el motor de renombradas empresas. Igualmente su presencia resaltó en los momentos cruciales de la patria. Hubo chinos en el bando peruano en el combate del 2 de Mayo de 1866, donde se selló la independencia americana, y en la infausta guerra del Pacífico, a pesar de la leyenda negra que se trata de cernir sobre la participación china. También encontramos el apoyo pecuniario de la colonia oriental en la defensa de Lima. En años posteriores, ya organizados a través de la Sociedad de Beneficencia China, la comunidad china se hará presente con regalos al país por el centenario, sesquicentenario y bicentenario de la independencia nacional (La fuente china, el arco chino y el parque chino de Miraflores, respectivamente). También homenajearon a la ciudad capital peruana en sus 400 años de fundación con los conjuntos escultóricos de “Las llamas” y “El trabajo”. En la gastronomía, la culinaria china se fusionará con el gusto nacional surgiendo el afamado chifa, destacando el arroz chaufa o el lomo saltado, que son hoy platillos bandera del Perú.

FUENTE MONUMENTAL. Regalo de la colonia china por el Centenario de la Independencia del Perú. 

 

Pero innegablemente en este ideal de progreso que la impronta china legó al Perú el capital humano es lo que más resalta, no solo por el importante aporte numérico a la población actual sino por la calidad de los descendientes: desde el tema deportivo (donde la única medalla de oro del Perú en Juegos Olímpicos es de un tusán: Edwin Vásquez Cam), cultural (con preclaros ejemplos como Emilio Choy Ma, Pedro Zulen, Víctor Li Carrillo, Celia Wu, Eugenio Chang Rodríguez, Rosa Fung, entre otros), político (donde, a la par de ministros, parlamentarios, alcaldes y otros cargos, destaca la labor pionera de Adalberto Fonken, dirigente social con marcada labor en la lucha por las 8 horas de trabajo en el Perú) hasta el económico (con el ejemplo de diversas empresas familiares chinas que han logrado tener destacado papel y recuerdo entre los peruanos). La llegada de nuevas inversiones del gigante asiático al Perú consolida el proceso histórico de la inmigración china en nuestro país, en la cual se superaron dificultades y que ahora avizora un desarrollo conjunto para beneficio de ambas milenarias comunidades.

RECUERDOS. Alumnas del colegio San Min en el antiguo local de la Beneficencia China (1935).

COMERCIO. Antigua Calle Capón, en 1959, con presencia de locales y tiendas chinas.

 

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