Escribe Sergio Carrasco
El cine chino en el escenario internacional en un abrir y cerrar de ojos.
Surgida en los albores del siglo XX –aunque la prime ra filmación se realizó en Shanghái, en 1896, como parte de un espectáculo de va riedades–, la película fundacional “La batalla de Dingjunshan” fue una representación de la Ópera de Pekín que data de 1905. Luego pasaron algunas décadas hasta que la cinematografía china dio el salto a las carteleras de otros paí ses desperdigados por el orbe.
Marcaron el trayecto de este rutilante estrellato los galardones obtenidos sucesivamente, entre otros, por Zhang Yimou, merece dor del Oso de Oro en el Festival Internacional de Cine de Berlín (1988) por “Sorgo rojo”, premio a la mejor película de habla no inglesa de BAFTA (1991 y 1994) por “La linterna roja” y “Vivir” (una censurada y la otra prohibida en China), León de Oro del Festival de Cine de Venecia (1992 y 1999) por “Qiu Ju, una mujer china” y “Ni uno menos”, y Gran Premio del Jurado del Festival de Cannes (1994) por “Vivir”.
En la década de 1990, una época de mayor libertad creativa, los cineastas chinos lograron notables éxitos internacionales.
DETRÁS Y DELANTE DE CÁMARAS. El galardonado Zhang Yimou (1) y escenas de dos de sus celebradas películas: «La linterna roja» (2) y «¡Vivir!» (3), ambas con la actriz china Gong Li como protagonista.
Chen Kaige también fue dis tinguido con la Palma de Oro y Premio de la Crítica en el Festival de Cannes (1993) por “Adiós a mi concubina” (霸王别姬), mientras que a Tian Zhuangzhuang, quien fue premiado en el Festival Inter nacional de Cine de Tokio (1993) por su obra maestra “La cometa azul” (Lan feng zheng), cuyo argu mento tiene como telón de fondo la desventura que fue el Gran Sal to Adelante, más conocido como la Revolución Cultural, esa película le costó el ostracismo durante casi una década.
Los tres directores, formados en la Academia de Cine de Bei jing y miembros de la promoción 1982, son parte de la llamada “quinta generación”. Tanto Zhang Yimou como Chen Kaige traba jaron juntos, el primero como di rector de fotografía, en “Tierra Amarilla” (黃土地) (1984), dirigida por el segundo y que marcó un punto de inflexión en el cine chi no, y “La gran parada” (大阅兵, Da yue bing) (1986), también del segundo. Asimismo, Zhang Yimou fue director de fotografía y actor en “Old Well” (1985), de Wu Tian ming, uno de los principales direc tores de la “cuarta generación”. Tian Zhuangzhuang, que inició su carrera en el Beijing Agricultural Film Studio como fotógrafo ama teur y asistente cinematográfico, alcanzó reconocimiento interna cional tras egresar de la Academia de Cine de Beijing con su segundo documental, “El ladrón de caba llos” (1986), en torno a una minoría étnica china, al que el oscarizado Martin Scorsese considera entre sus películas favoritas.
Formada en la atmósfera pro pia del fin de la Revolución Cultu ral, de la que fue imprevisto fruto, la “quinta generación” se caracte riza por un espíritu anclado en un propósito de emancipación, una expresión humanista (Cheng Kai ge se refiere explícitamente a la revalorización del concepto tra dicional hanxu: comunicación re servada implícita, arrasado por el Gran Salto Adelante), y una par ticular sensibilidad en el uso del lenguaje cinematográfico: luz, co lor, encuadre y poder evocador de las imágenes.
Los hermanos Wan Laiming, Wan Guchan, Wan Chaochen, Wan Dihuan filmaron el primer largometraje animado de toda Asia (1941), precedente del anime japonés.
UNA DÉCADA DESPUÉS. Tras su celebrada «Adiós a mi concubina» (6), Chen Kaige (5) filmó «La batalla del lago Changjin» (4), cuando el Ejército Rojo dio una mano a Kim Il Sung, en Corea.
Casos similares en cuanto a su valoración son, entre otros, los de: Hou Hsiao-Hsien, hakka originario de Guandong afincado en Hong Kong, premiado con el León de Oro en el Festival de Cine de Venecia (1989) por “Tierra de desdicha” y Premio del Jurado del Festival de Cannes (1993) por “El maestro de marionetas”; el director hongko nés, originario de Shanghái, Wong Kar-wai, considerado un “poeta de la imagen”, premio Mejor Director por “Happy Together” y Premio del Jurado por “Fa yeung nin wa” en el Festival de Cannes (1997 y 2000), o Ang Lee, taiwanés formado en Estados Unidos, que obtuvo el Oso de Oro en el Festival de Berlín (1993 y 1995) por “El banquete de bodas” y “Sensatez y sentimientos”, León de Oro del Festival de Vene cia (2005 y 2007) por “Secreto en la montaña” y “Traición y lujuria” y un par de premios Oscar (2005 y 2012) por “Secreto en la monta ña” y “Una vida extraordinaria”. Hou Hsiao-Hsien ha sido, además, productor de “La linterna roja” de Zhang Yimou.
Si bien los mencionados direc tores se mantienen activos, a ellos se han sumado recientemente ci neastas como Jia Zhangke, gana dor del León de Oro del Festival de Venecia (2006) por “Naturaleza muerta”, que pone en foco a traba jadores de fábricas, mineros o car teristas en el contexto del arrebatado crecimiento de China; o la que bien puede considerarse de alguna manera su contracara: “La Tierra errante”, película de ciencia ficción basada en la novela homónima de Liu Cixin, exhibida en Netflix y que Beijing apadrina como parte de su estrategia de promover la innova ción; o Bi Gan, director de “Largo viaje hacia la noche”, cuyo realismo mágico se dice es comparable al de García Márquez
Junto con esta producción de reciente data, a lo largo de su his toria la cinematografía china ha producido, en distintos momen tos, otras obras merecedoras de reconocimiento, que sin embargo no han podido sortear la gran mu ralla invisible que divide la indus tria local y la internacional. Esto, en parte, porque la producción local apunta principalmente a los espectadores chinos “con elemen tos difícilmente traducibles a un público internacional”, al decir de Sun Yao, gerente de una sala de proyecciones en China, citado por la agencia EFE. Ciertamente, no es el caso de un género autóctono como el de artes marciales (wuxia o 武俠), que también directores como Zhang Yimou cultivan en su más lírica expresión (“Héroe”, “La casa de las dagas voladoras”, “La maldición de la flor dorada”), y que consiguió filtrarse al exterior, siendo su más popular exponente fuera de China el hongkonés Bru ce Lee, y el más remoto referen te aclamado internacionalmente, “Buddha’s Palm (Palm of Ru Lai)”, de la hongkonesa Fuk Wah Film Company, filmado en cantonés en 1964 e intervenido con animación hecha a mano a manera de efec tos especiales.
DESDE HONG KONG. El celebrado director Wong Kar-Wai (7) ha dirigido, entre otras películas de marcado sello personal, «Deseando amar» (8), en 2000, y «Chunking Express» (9), en 1994
Cine chino en la Biblioteca Nacional
Ciclo iniciado en setiembre continuará el 4 y 11 de octubre
Organizado por la Asociación Peruano Chi na, tiene lugar en la sede central de la Biblio teca Nacional del Perú (avenida de la Poesía 160, San Borja) a las 7 p.m., con ingreso libre. Dragon Blade (Tian Jiang Xiong Shi), pelí cula de acción dirigida por Daniel Lee, y The witness (Wo shi zhen ren), película de acción dirigida por Ahn Sang-hoon, fueron exhibi das el 20 y 27 de setiembre. El viernes 4 de octubre podrá disfrutar de Looking up (Yin he bu xi ban), drama dirigido por Deng Chao & Yu Baimei, y el viernes 11 de Anaconda: el des pertar (Shen hai shi nan), de género fantástico dirigido por Wu Yang.
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