Escribe Estefanny Jackson
Fotos: José Vilca
El Año de la Serpiente empezará el 29 de enero y concluirá el 16 de febrero de 2026, un ciclo que demanda mucha inteligencia y cautela para enfrentar los desafíos del nuevo año.
Según el horóscopo chino, el Año de la Serpiente de Madera será una etapa marcada por una energía especial que invita a reflexionar, crecer y tomar decisiones estratégicas. Este signo, conocido por su inteligencia, intuición y capacidad para analizar cada situación, será el guía de los próximos doce meses. Potenciado por el elemento madera, suma dosis de creatividad, sensibilidad y deseo de buscar soluciones equilibradas y, según los expertos, se presentarán desafíos y cambios significativos frente a los cuales solo saldrán airosos aquellos que, como la serpiente, sepan moverse con sabiduría y astucia.
Tusanes nacidos bajo el influjo de este signo nos comentan sus expectativas para el próximo año.
Mercedes Tang (1965)
Tiene 59 años, lleva una vida plena de actividades y aprendizajes, y para ella, como buena serpiente, la sabiduría es uno de los pilares de su vida. Es docente universitaria e investigadora. Enseña el curso de Seminario de Investigación en la Escuela de Postgrado de la Universidad San Ignacio de Loyola, donde recientemente se capacitó en docencia digital, adaptándose a los tiempos actuales. “Busco estar a la vanguardia porque mis principales fortalezas son la visión de futuro y la planificación, además de la disciplina y la perseverancia”, dice. Para ella, la astucia no es tan necesaria cuando se impone la sabiduría.
Mercedes tiene una conexión muy especial con sus raíces chinas. Sus abuelos maternos, Federico Tong y Alicia Chang, y su abuelo paterno, Fernando Tang, llegaron al Perú desde la provincia de Cantón. Sus padres, al igual que ella y sus hermanos, nacieron en el Perú, pero las tradiciones nunca se perdieron. Es una mujer que no solo se esfuerza cada día para alcanzar sus objetivos, sino que también honra sus raíces y valores familiares, lo que la define y la impulsa a seguir creciendo.
Daniel Wong (1977)
Con 47 años, Daniel ha sabido combinar su mente analítica y su intuición para destacar como agente inmobiliario. Aunque inició su carrera como ingeniero industrial, campo en el que trabajó durante más de 17 años, decidió dar un giro profesional y, desde hace siete años, se dedica con éxito a la intermediación de bienes raíces. “Nacer bajo el signo de la serpiente ha influido profundamente en mi personalidad y mi desempeño profesional. La serpiente, conocida por su inteligencia, observación e intuición, se refleja en mi aguda comprensión del mercado inmobiliario y en mi habilidad para anticipar las necesidades de mis clientes, para captar lo que realmente buscan, incluso, cuando no lo expresan con claridad”, comenta con entusiasmo. Por otro lado, también se considera cauteloso al tomar decisiones y esto, como explica, en algunos casos “puede significar alargar los procesos”.
Daniel, igualmente, se siente profundamente conectado con sus raíces culturales. Como tusán de tercera generación, lleva consigo el legado de sus abuelos, quienes emigraron de Cantón en busca de un mejor futuro. Su padre nació en Trujillo y su madre en Lima, y esta rica herencia multicultural le ha dado una perspectiva única tanto en su vida personal como en su carrera. Sin duda, es un ejemplo de cómo combinar talento, intuición y trabajo duro para prosperar en nuevos horizontes.
Lorena Lau (1989)
Ella es un rostro conocido. Lorena ha sido portada de esta revista en el 2011 y el 2023. En ambas ocasiones, como fiel representante del signo de la serpiente, la modelo, maquilladora profesional y madre de un niño, derramó elegancia ante nuestras cámaras y nos contó sobre su amor por los conejos. Hoy, con 35 años, Lorena se define como una mujer trabajadora, sabia, emprendedora y creativa. “Ser una nacida en el año de la serpiente me ha dado cualidades valiosas: soy una mujer que, para lograr sus metas personales y profesionales, planifica con antelación y confía mucho en su intuición”, afirma.
Y si hablamos de su legado chino, su bisabuelo, oriundo de Cantón, y su abuelo, también de ascendencia china, han dejado en Lorena una profunda huella. “Recuerdo con cariño a mi abuelo paterno –‘bien chinito’–, quien se emocionó enormemente al verme aparecer por primera vez en esta revista”, cuenta con alegría. Con determinación y encanto, Lorena sigue marcando huella como un ejemplo de equilibrio entre pasión, trabajo y vida familiar.
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